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Deterioros habituales de las lunas del coche

Siempre que iniciamos el mantenimiento de un vehículo (en cualquier época del año) nos solemos preocupar de: motor, suspensiones, neumáticos y elementos mecánicos. Prestamos poca atención a los cristales del coche ya que solo nos ocupamos cuando hay que repararlos o sustituir las lunas del coche.

Un coche que está bien cuidado y protegido, no necesitará un cambio de lunas durante su vida útil. No cuentan con la necesidad de cambiarlos cada cierto número de kilómetros como ocurre con otros elementos del coche. Las lunas nos permiten visualizar la carretera, al mismo tiempo que protegen de los elementos externos. Posibilitan nuestra seguridad y que el confort durante la conducción para que sean lo mejor posible.

Pero cuando vemos la mínima marca de impacto es el momento de poner medidas, antes de que se convierta en algo irreparable y obligue a sustituirla. ¿Cuáles son los deterioros más comunes que sufrir los cristales? Desde Autolunas Carabanchel te explicamos con detalle estas cuestiones.

Deterioros comunes de las lunas del coche

  • Impactos: es imposible de evitar algún tipo de impacto en los cristales de tu coche. Sobre todo, cuando circulamos mucho por carreteras o autovías en las que nos encontramos camiones. Las piedras suelen proyectarse por los neumáticos y supondrán un gran susto para el conductor. Generará una fractura en la luna que intentaremos reparar si actuamos con rapidez, antes de que se rompa por completo.
  • Luna rajada: hay impactos que llegan a la luna y son lo suficientemente fuertes para general algo más que un simple golpe o fisura. Veremos una raja que irá haciéndose cada vez más grande hasta romper el cristal por completo. Actúa pronto para evitar que las tensiones provocadas por la calzada y la velocidad, potencien la debilitación del mismo.
  • Luna rayada: alejándose de los impactos, el uso continuado de un coche puede provocar marcas que dificultad su visibilidad. Algo que puede ser muy molesto e incómodo, sobre todo en lo días de lluvia del otoño o con los reflejos del sol en verano. Si tu cristal está rayado, es el momento de acudir a tu taller de confianza para reparar la luna. Ya que se pone en riesgo tu propia seguridad.
  • Laminado despegado: el último puesto para hablar de deterioros en los cristales es cuando el laminado se despega. No suele ser muy habitual pero tampoco descartable. Para evitar que suceda, hay que prestar atención a los bordes del parabrisas. Cuando empieza a despegarse deja que la humedad se adhiera a las láminas y provoca un mayor empañamiento.

 

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